El restaurante ideal para ir en familia, en el centro de Madrid

Cuando un restaurante en Madrid es ideal para comer en familia, tanto por calidad de producto, como por variedad, decoración o ubicación, pasa automáticamente a nuestro listado de favoritos porque es complicado encontrar buenos restaurantes, con estas características, en el centro de la capital. Es el caso de Mercado de la Reina, en plena Gran Vía madrileña -en el número 12-. Precisamente, este fin de semana, hemos celebrado la festividad de San Isidro comiendo en este fantástico lugar, que nos encanta a toda la familia. Os contamos por qué nos gusta tanto.

Nos encanta por la calidad y la frescura de su producto de mercado. De ahí su nombre. De hecho, su carta está planteada como si fueras a comprar a un mercado de abastos, con encabezados como De la huerta, Puesto de Pescado, Puesto de Carne, Huevos del corral… Además, ahora tienen un menú especial castizo que nos encantó. Como os decía encontraréis entrantes más elaborados, como las alcachofas confitadas o las berenjenas con miel de caña o más tradicionales, como las croquetas de jamón, los calamares o la ensaladilla del Mercado, que suelen poner como aperitivo, entre otras muchas opciones más. Es decir, cuentan con entrantes más especiales, con un sabor que los adultos disfrutaréis, pero también con las opciones más tradicionales que también encantan a los peques.

En los platos principales sucede lo mismo. Los amantes de la gastronomía más elaborada y menos tradicional, podéis optar por tatakis, tartares y capaccios, todos ellos deliciosamente elaborados y con una materia prima de diez. Aún así, Mercado de la Reina se caracteriza por un producto tradicional y muy fresco, por lo que podréis degustar platos como el bacalao, la lubina, el pulpo, el secreto ibérico, las carrilleras o el lomo bajo de ternera Angus, así como los huevos con patatas y jamón, entre otras muchas opciones.

Nosotros, en esta ocasión, pedimos unos entrantes al centro, que consistieron en unas croquetas de jamón, cremosísimas que no podéis dejar de pedir. A vosotros y a vuestros peques les volverán locos. También pedimos los calamares a la romana -como veis, cuando salimos con los niños, ellos mandan, jajajajajaj-, que estaban riquísimos y muy tiernos y rematamos con una ensalada césar con pechuga de pollo, queso manchego y crujiente de jamón ibérico. Por supuesto, no faltó la ensaladilla del Mercado, que es una de sus especialidades.

Como segundos, pedimos un tataki de atún rojo, acompañado de trigueros y salsa romesco, que estaba en su punto y se deshacía en la boca; un bacalao con asadillo de pimientos y salsa de chipirón, que estaba tierno, jugoso y la salsa… ¡para no parar de mojar pan! Las peques pidieron unos huevos de corral con jamón ibérico y patatas para compartir y, por supuesto, pedimos el pulpo del Mercado de la Reina. No podéis dejar de pedir esta delicia, hecho a la brasa y tan solo aliñado con aceite de oliva y vinagre de Módena, pero tan en su punto y tan fresco, que es obligatorio probarlo.

Por supuesto, los postres de Mercado de la Reina son de una calidad a la altura del resto de platos, todos elaborados de manera casera. Si elegir los platos es una odisea porque empezarías a comer y no pararías, lo mismo sucede con los postres. Mi pequeñina, que es una viciosa del chocolate como su madre, pidió la tarta caliente de chocolate intenso. Un bizcocho del que, al partirlo, mana chocolate puro caliente. Un pecado sería no comerlo y, como todos los pecados, es un deleite. La tarta de queso de Mercado de la Reina, servida con frutos del bosque, es otro manjar que no os podéis perder. También probamos la crema de limón con fresas naturales y las torrijas de crema inglesa con helado de vainilla. Ni que decir tiene que todos los postres están para llorar de buenos.

Ubicación en plena Gran Vía y decoración exquisita

Otro de los motivos por los que nos encanta Mercado de la Reina es por su ubicación, en plena Gran Vía, casi en la calle Alcalá. Nos parece un lugar ideal para ir a comer o a cenar cuando salimos a ver una obra de teatro, cuando vamos a dar una vuelta por el centro de Madrid o cuando vamos de compritas por Gran Vía y Fuencarral. De hecho, cuando estamos cerca, las pequeñinas nos preguntan si pasamos a tomar algo fresco al Mercado o a la Parrilla de la Reina -están al lado uno del otro- porque les encanta ir. Y es que el ambiente y la decoración de Mercado es de las cosas que enganchan desde la primera visita. La entrada está orientada a una taberna tradicional, pero a la vez, moderna. Un gran olivo nos recibe a la entrada. Los carteles más modernos con las tapas y bebidas que ofrecen, todo muy empastado. La barra con la comida expuesta, de manera muy cuidada, casi en modo decoración. Es la vuelta de tuerca de la taberna. Un poco más adelante, la zona de barra y taberna se convierte en otra para comer de manera relajada, en barra y mesas con taburetes altos. Una de las zonas de taburetes está decorada con lavanda y tomillo para separar del cristal a través del cual verás la cocina en vivo de las viandas más ricas.

Si subes las escaleras estarás en el gran comedor, decorado de forma elegante, a la par que relajado, en madera y tonos blancos y negros. Decoran las paredes fotos en blanco y negro del Madrid de antaño. No dejéis de verlas porque son preciosas. Y, el otro marco incomparable que veréis a través de sus ventanales del fondo son las fachadas de las calles aledañas a Gran Vía, blancas, tipo tarta nupcial, ¡tan bonitas!

Bajando las escaleras se encuentra la zona Gin Club de Mercado de la Reina. Por la tarde noche, tiene un ambientazo, ideal para tomar un cóctel y, durante el día, habilitan esta zona como comedor porque también es ideal para comer. ¿Necesitas más excusas para ir a comer o a cenar a Mercado de la Reina?

Calle Gran Vía, 12. Teléfono 915 21 31 98. Más información y reservas en www.mercadodelareina.es.

Sobre María Cerrato

Periodista y mamá a tiempo completo. Amante y adicta a la cultura en sus múltiples variedades: literatura, teatro, arte, cine… Una adicción que ahora también comparto con mis niñas, Carmen y Pilar, que son mi vida y a quienes siempre he intentado contagiar este amor incondicional por la cultura. Ellas son mis actuales compañeras de escapadas teatrales, lecturas de cuentos, películas animadas… Todas estas escapadas ahora puedo compartirlas con otras mamás a través del blog de este fantástico medio de comunicación que es Mamá Tiene un Plan, con el que tengo el orgullo de colaborar.

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