El Valle Salado de Añana, un paisaje insólito y una visita en familia que no os podéis perder

Una visita obligada en Álava es el Valle Salado de Añana, sobre todo, si vais con niños porque podréis llevar a cabo divertidas actividades, además de la visita guiada. Hay talleres muy chulos para ellos, el spa salino y una experiencia de realidad virtual en 4D alucinante. Nosotros hicimos esta excursión y fue una de las que más gustó a las niñas por lo insólito del paisaje y por las actividades que realizamos.

Cuando llegas al Valle Salado parece que te encuentras en otro planeta por lo peculiar del paisaje. Nosotros, lo primero que hicimos fue meter manos y pies en el spa salino, con beneficiosas propiedades para la salud y también estuvimos contemplando la infraestructura de las salinas.

Después, pasamos a la experiencia en 4D, que os recomendamos. Es una pasada y muy apropiada para entender, de manera amena y divertida, todo lo que después veréis en la visita guiada. En la película, uno de los salineros de Añana nos explica su profesión, por qué en esa zona hay agua y desde cuándo lleva existiendo el valle como salina. Todo ello curiosísimo, más aún explicado con las gafas de cuatro dimensiones y los cascos, una experiencia genial y apta para todos los públicos. En la película, os meteréis en la piel de los salineros, bucearéis en la profundidad de los manantiales y viajaréis en el tiempo al periodo Neolítico, además de contemplar las salinas desde el aire. Todo un espectáculo.

En esta experiencia en 4D descubrimos algunos datos muy curiosos como que las salinas llevan en funcionamiento más de 7.000 años, aunque fue con los romanos cuando se cambió al actual sistema de extracción; que el agua de Añana tiene 240 gramos de sal por litro, es decir, 7 veces más que la del océano; que el agua procede de sus 4 manantiales o las formas en las que se comercializa la sal.

También descubrimos por qué hay agua salada en este lugar. Y es que, en los inicios de la tierra, casi todo era agua y ahora ese agua del mar que había en el lugar, aflora a la superficie por flotación de entre los sedimentos.

Después de verlo en la proyección, nos fuimos a recorrer las salinas con nuestra guía y comprobamos “in situ” lo que habíamos aprendido en la experiencia anterior. Una de las preguntas que mi peque le hizo a la guía fue por qué el color del agua que había era de color rosa, a lo que ella le contestó que era por causa de un alga que libera betacaroteno, como la zanahoria y de un crustáceo, la Artemia Salina, que tienen más de 100 millones de años en la tierra. ¡Alucinante!

En el recorrido, además de ver las terrazas de las salinas, nos contaron que la época de recolección es de mayo a septiembre, ya que el sol y el viento son elementos importantes a la hora del secado del agua. Vimos el entramado de canales de madera por los que discurre el agua de los manantiales hasta cada terraza por la fuerza de la gravedad. Algunos parecen auténticos acueductos, como dijo mi pequeña. Y es que es un sistema que trajeron los romanos cuando invadieron la península.

Además, me pareció muy curioso que la explotación de las salinas del Valle de Añana pertenezca a varias familias del municipio, justo las herederas de las que las han explotado a lo largo de los siglos.

Si vais al Valle Salado de Añana en vacaciones escolares o en fin de semana, no os podéis perder los talleres que realizan allí. Talleres gastronómicos, arqueológicos o científicos, con los que vuestros peques disfrutarán a la vez que aprenden muchísimo. Además, podrán realizar el taller salinero y extraer la sal de este curioso lugar ellos mismos.

Una vez que terminamos la visita, fuimos a la tienda, ya que no nos podíamos venir a casa sin comprar una de las mejores sales del mundo, utilizadas por los restaurantes estrella Michelín. Nos costó elegir entre la gran variedad que comercializan en la tienda del Valle Salado. Las más características: la de manantial, la flor de sal, la sal líquida mineral y la sal fina. Y una de ellas es la estrella, por ser la más llamativa: el chuzo de sal, una estalactita que también se comercializa.

Una visita muy, muy recomendable. Curiosa y diferente, en la que vuestros peques y vosotros aprenderéis mucho sobre la sal, de manera amena y divertida. Toda la información y venta de entradas aquí.

Sobre María Cerrato

Periodista y mamá a tiempo completo. Amante y adicta a la cultura en sus múltiples variedades: literatura, teatro, arte, cine… Una adicción que ahora también comparto con mis niñas, Carmen y Pilar, que son mi vida y a quienes siempre he intentado contagiar este amor incondicional por la cultura. Ellas son mis actuales compañeras de escapadas teatrales, lecturas de cuentos, películas animadas… Todas estas escapadas ahora puedo compartirlas con otras mamás a través del blog de este fantástico medio de comunicación que es Mamá Tiene un Plan, con el que tengo el orgullo de colaborar.

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