Al mal tiempo, bien de rosa y bien de risas con Una Rubia muy Legal

¡Rompe el cliché! Así reza el eslogan del musical Una rubia muy legal, que está en el Teatro La Latina. Es un lema que da en el clavo con esta obra que rebosa alegría, color y buen rollo, pero que, además, lanza un mensaje muy necesario: el valor de la personalidad de cada uno y la necesidad del apoyo entre mujeres en un mundo laboral lleno de tiburones. Un mensaje feminista que, en su día, ya lanzó la película de 2001 protagonizada por Reese Whitherspoon y que ahora recupera este musical. ¡Un planazo para ir con amigas o con vuestras hijas y madres -ideal, a partir de 12 años-!

Musical “Una rubia muy legal” © Enrique Cidoncha

El musical llega a Madrid, tras su paso por Broadway e Italia y después de recorrer teatros de todo el mundo. Estamos seguras de que será un exitazo, ya que cuenta con todo lo necesario para arrasar en taquilla: un elenco, que encaja a la perfección con cada personaje; un libreto, música y letras geniales, pegadizas y muy adecuados a la historia; un vestuario impecable, brillante y colorido y una escenografía que os fascinará, por su dinamismo y variedad.

Os contamos un poquito de la historia, por si no habéis visto la mítica peli. La protagonista, Elle Woods es la presidenta de la Asociación de Estudiantes Femeninas de Malibú Delta Nu, muy aficionada a revistas de moda y adicta al rosa y a las compras, siempre con su inseparable Chiuaua, Bruiser. Su sueño es casarse con su novio Warner, descendiente de una familia de senadores, quien la abandona cuando se marcha a estudiar derecho a Harvard, por considerarla muy superficial y “poco seria”. Ahí es cuando Elle decide marcharse a esa misma universidad y cursar derecho, como su ex, para demostrarle que ella también es capaz de ser formal. Pero el entorno no se lo pondrá fácil por su apariencia y su manera de ser. La frustración por las risas ridiculizadoras de sus compañeros y el apoyo incondicional de su amigo Emmet, harán que Elle se ponga las pilas y, gracias a su constancia en el estudio y a su intuición femenina, logre triunfar en la facultad y defender con éxito a una persona falsamente acusada de asesinato.

Lucía Ambrosini es la encargada de dar vida a Elle Woods y nos encanta cómo se mete en su papel, con un desparpajo y unas dotes interpretativas y vocales que te introducen de pleno en la psique de la famosa Rubia. Ricky Merino es Warner, el novio al que Elle persigue hasta Harvard y también borda su papel. Nos encanta Íñigo Etayo, que interpreta al fiel amigo Emmet y clava la interpretación y la personalidad de este personaje. Y, Paulette, la amiga peluquera de Elle está interpretada por Maia Contreras, que pone toda la carne en el asador para meternos de lleno en su historia de mujer abandonada que echa de menos a su perro Rufus. Por su  parte, José Navar está tan espléndido como nos tiene acostumbradas, en su papel del estricto profesor Callahan. Cuenta con ese aire serio en escena, genial para ese papel despiadado y con una voz y una dicción impresionantes. Ya nos fascinó en Los Puentes de Madison y ahora, vuelve a bordarlo con este cambio tan radical de registro. Y, a vuestros peques, les alucinarán dos protagonistas de cuatro patitas: Olivia, como Bruiser y Odin, como Rufus. ¡Adorables y magníficos en escena!

Otra cualidad que nos encantó del musical Una rubia muy legal fue la capacidad de arrancarnos carcajadas cada cinco minutos. Un humor absurdo que hace que te desternilles de risa en la butaca y que las dos horas de obra parezcan quince minutillos. Los puntazos de la superficialidad de Elle, que son un filón, sobre todo cuando llega al ambiente serio y formal de Harvard. Y también otros chistes que no dejan títere con cabeza, pero… ¡Para qué está el humor, si no es para reírse de todo en la vida! Los temas musicales son una parte fundamental en estos momentos de risas. Sus letras son ocurrentes, tronchantes y muy pegadizas. Aún hoy entonamos por casa aquello de “Rubia legaaaaaal” y exclamamos entre risas “¡Ay, Dios, ay Dios!”.

La cuidada puesta en escena es otro plus de Una rubia muy legal. Un vestuario perfectamente adaptado a la historia y a la escenografía, donde el rosa, color predilecto de Elle Woods y el brilli, brilli, abundan por doquier. Contrastan muchísimo con la sobriedad de los atuendos que lleva la gente en Harvard. La escenografía merece un punto y aparte. Dividida en dos alturas, para dar profundidad y, en ocasiones, para separar en tiempo las escenas, es una obra de arte que, igual nos traslada a Malibú, como a la habitación de Elle o a los pasillos, aulas y exteriores de la universidad de Harvard, al salón de belleza de Paulette o a un juzgado y a un escenario del crimen. Todo ello de forma dinámica y ágil, casi imperceptible, de manera que el público se introduce de lleno en la trama.

Así que, ya sabéis, si buscáis planazo para ir con amigas o en familia y echaros unas buenas risas, Una rubia muy legal está en el Teatro La Latina. ¡Rubias del mundo, uníos para ir a verla! ¡Y morenas y pelirrojas, también!

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