Si se trata de una hipoacusia de nacimiento, será detectada en la primera prueba de oído que se hace en generalmente en el hospital y, en cualquier caso, siempre en los primeros quince días de vida. A veces esta prueba no es infalible. Puede haber otras causas que den falsos negativos como algo tan sencillo como que el bebé tenga algo de líquido amniótico en los oíditos y no reciba bien el sonido de la prueba. En este caso, al repetir la prueba pasadas unas horas, los resultados suelen variar.
Sin embargo, si pasada esa prueba detectamos que nuestro bebé puede tener hipoacusia en algún grado, es importante que estemos atentos a algunos comportamientos porque no todas las sorderas son de nacimiento. Puede padecerla como consecuencia de alguna enfermedad como la meningitis, las paperas, la escarlatina, el sarampión, sífilis transmitida por la madre, herpes… y, si estas enfermedades han aparecido antes de que el bebé comience a hablar, es posible que no sea fácil detectar una nueva condición de este tipo. Para lograrlo, os damos algunas pistas
Síntomas que nos pueden hacer sospechar de que existe una hipoacusia infantil
- Si no emite sonidos o balbucea a los 6 meses.
- Si no reconoce su nombre o se estimula al oír sonidos como el teléfono.
- Si a los 15 meses no repite o imita palabras simples.
- Si a los 24 meses no puede decir al menos 10 palabras
- Si a los 36 meses no pueden decir frases de dos palabras.
- Si a los 48 meses le es imposible decir frases sencillas.