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13 nuevas formas de jugar al UNO

Junto con el virus, el UNO es el juego de cartas estrella en casa esta cuarentena. No hace tanto que lo descubrimos pero está claro que se ha convertido en un gran aliado. NO sólo porque da mucho juego así tal y como es y con las normas que proponen «de fábrica», sino porque además te da opción a crear tus propia reglas e inventar otros tantos juegos. En esa línea, Mattel ha lanzado 13 nuevas formas de jugar al UNO que hemos querido compartir por aquí para haceros este confinamiento más divertido y variado. Echad un vistazo a sus propuestas:  Continue reading

Juegos (no demasiado ruidosos) para los días lluviosos (o de cuarentena)

  1. Hacer una cueva con mantas y jugar a ser una familia de hombre y mujeres prehistóricos.
  2. Jugar al tiro al virus: dibuja un virus en un papel, pégalo en la pared y juega a golpearlo con una pelota blanda. ¡Duro con él!
  3. Cocinar una pizza con caras.
  4. Hacer puzzles.
  5. Crear nuestros propios puzzles.
  6. Leer un cuento.
  7. Dibujar y colorear.
  8. Hacer fotos.
  9. Esconder tesoros.
  10. Hacer un bizcocho.
  11. Jugar a lanzarse una pelota blanda y ver quién logra esquivar el golpe más veces.
  12. Jugar a burro con cartas hechas por nosotros mismos.
  13. Inventar nuestro propio cuento y hacer ilustraciones y todo.
  14. Hacer marionetas con cartulina y un palito para jugar a hacer teatro.
  15. Jugar a las cocinillas.
  16. Pintarnos las uñas.
  17. Maquillarnos o hacernos pintaras (según el material que tengamos en casa).
  18. Jugar al calientamanos.
  19. jugar al pulso chino (con los pulgares).
  20. Inventar bailes para hacer ejercicio.
  21. Jugar a hacer ejercicio.
  22. Jugar a los bolos.
  23. Hacer gatos con los rollos de papel higiénico.
  24. Hacernos peinados.
  25. Darnos masajes.
  26. Hacer torres con las fichas del dominó.
  27. Carreras de coches.
  28. Aprender a coser botones.
  29. Aprender a atarnos los cordones de los zapatos.
  30. Pintar el suelo con tizas (si tenemos terraza o balcón).
  31. Imitar pinturas rupestres en un papel.
  32. Hacer un gusano gigante con rotuladores (poniendo un rotulador detrás de otro en el suelo, a ver lo largo que sale).
  33. Pintar con témperas mezclando colores a ver qué resulta de las combinaciones.
  34. Meted un huevo duro en vinagre durante 48 horas y ver qué pasa.
  35. Hacer vuestro propio tarro de la calma.

Cuando llegues a casa olvídate del móvil

Hace muchos, muchos años, había una mamá que pasaba su tarde entregada a sus hijos. Desde que los recogía del cole empezaba la diversión: una tarde de juegos, manualidades, cuentos… cada día era una aventura, pero una aventura mil veces interrumpida porque la mamá llevaba su móvil en el bolsillo y cada poco debía interrumpir su juego para atender otros asuntos «más importantes».

En esos momentos la mamá se sentía fatal porque se daba cuenta de que prestar tanta atención a esas constantes interrupciones hacía que sus hijos se sintieran, de alguna forma, un segundo plato.

Así,

Reduce expectativas… y disfruta

Hace varios años que no leo más que frases bonitas en redes sociales que nos dan mil y una clave para ser feliz. ¡Como si fuera tan fácil! Parece que todos nuestros objetivos tuvieran que centrarse en eso, en ser felices y olvidamos que la felicidad es algo momentáneo, etéreo, tan frágil que se desvanece en un segundo. ¿Realmente merece la pena pasar la vida buscando ese segundo? ¿No nos damos cuenta acaso de que prolongar ese segundo y multiplicarlo en otro y otro más es, por definición, imposible?

La verdad es que hace tiempo que quiero escribir un post sobre esto porque, cuando además hay niños de por medio y en casa no dejan de escuchar aquello de que hay que ser felices, empezamos a crear en ellos una  presión que me parece bastante insana.

de Hace tiempo que viene sonándome por todas partes esta frase: reduce expectativas. La clave para disfrutar de una vida saludable parece encontrarse precisamente en esto y, debo confesaros, que creo que