Volver a ser niño, saltando en Big Jump Park

Lo cierto es que tenía una espinita clavada porque, cuando yo era pequeña, no había piscinas de bolas y apenas había castillos hinchables y, si los había, desde luego no eran como los de ahora. Así que siempre he visto a mis peques jugar en esos paraísos de la diversión para niños, mirándoles desde lejos con cierta “pelusilla”.

Imaginaos cuando vi que en el Centro Comercial Tres Aguas habían abierto un centro, con un mega hinchable gigante, de más de 2.000 metros cuadrados, con diferentes zonas y apto para niños y adultos: Big Jump Park. Me dije: ¡esto tenemos que probarlo! Y allá que nos fuimos este fin de semana mis peques y una servidora y otras mamis con sus niños. ¡Y lo bien que lo pasamos! Supera las expectativas de diversión más elevadas, con creces.

Big Jump Park se encuentra en una mega carpa, ubicada justo al lado de Vertical Park, junto la plaza de los restaurantes del Centro Comercial Tres Aguas, en Alcorcón (Madrid). Nada más acceder a su interior, lo primero que te encuentras es un lugar enmoquetado con taquillas y zonas para dejar las chaquetas, además de mesas y sillas y máquinas de vending.

También, te encuentras de frente con el mega hinchable, aunque desde fuera no se aprecia su interior, hasta que no accedes al mismo. Llegamos un poquito antes de nuestra hora de acceso –las entradas van por tramos horarios por motivo de control de aforo– y estuvimos bicheando un poco por allí.

Había un cumple en un lateral de la instalación. Lo preparan genial con grandes mesas y muy bien decorado y después de merendar los peques acceden al hinchable para jugar. Cuando llegas, tienes taquillas a tu disposición, totalmente gratuitas, donde dejas todos los objetos, los zapatos y las chaquetas. Acordaos de llevar calcetines.

Nada más entrar al mega hinchable, nos quedamos alucinados. No nos esperábamos que fuera tan inmenso. Además del gran tamaño, cuenta con numerosos espacios diferenciados, pero integrados en el lugar: dos grandes toboganes, en uno de ellos caes en una maxi piscina de bolas y en el otro, a la colchoneta, directamente; una plataforma elevada, en la que puedes jugar a tirar a tu contrincante -por supuesto, siempre cae en blandito al hinchable-; un rocódromo; un circuito de obstáculos mini para más pequeñines, con su mini tobogán, bolas y rocódromo integrado; una zona con diferentes superficies para saltar más o menos; piezas elevadas sobre el hinchable para cruzar, como si de un tres en raya se tratara, intentando hacer equilibrio; unas bolas gigantes para cruzarlas saltando, estilo Humor Amarillo; una pista multiusos de vóley, baloncesto y fútbol con pelotas y otra de destreza para intentar acertar con las bolitas en los agujeros.

Por supuesto, también hay zonas dentro donde podéis sentaros a descansar porque ¡no os imagináis lo que cansa y las agujetas que teníamos al día siguiente! Porque, claro está que lo dimos todo, mayores y pequeños.

Nosotros optamos por hacer el circuito completo y luego quedarnos o repetir en lo que más nos gustó. Los niños estuvieron a su bola porque no hay peligro de pérdida, al ser un lugar interior y controlado por monitores, que, por cierto, además de controlar un poco también realizan dinámicas de juego. Los peques, al final, se hicieron amigos de otros niños y estuvieron un buen rato echando un partido de vóley, algo más complejo de lo habitual en suelo firme porque la pista no para de moverse, pero tiene el aliciente de que puedes saltar con mucho más impulso, algo genial para hacer los mates en las canastas hinchables. También lo gozaron en la plataforma, haciendo luchas para ver quién se quedaba arriba y eliminarse y compitieron para cruzar las bolas saltando, en varias ocasiones.

A las mamis lo que más nos gustó fue la zona de salto y los toboganes. De tanto saltar al día siguiente, nos dolían hasta las ingles, no os digo más. Y, si no nos tiramos quince veces por los toboganes, con los peques y nosotras solas, no nos tiramos ninguna. Hicimos el ganso, todo lo que quisimos y algo más. Es un lugar ideal para desfogar. Además, no había mucha gente, ni tampoco colas para acceder a cada actividad, con lo que lo disfrutamos a tope. Nosotras fuimos en horario de ocho a nueve de la tarde. Puede que, si vais en finde más pronto, durante la tarde, haya más trasiego, aunque aplican la normativa Covid de aforos.

Como os iba contando, es genial poder saltar y tirarse haciendo “el cabra” en este lugar ¡y con tus peques! Además, hay un DJ en una zona central de Big Jump Park, que pincha música constantemente, algo que anima aún más la fiesta. De hecho, a los niños del cumple, hubo un momento que les pusieron la canción de Cumpleaños Feliz de Parchís, y todos aprovechamos para cantar, saltar y bailar.

¿Os apetece ir sin niños a este lugar? ¡Ningún problema! En Big Jump Park han pensado en todo y realizan sesiones “Only Adults”, en horario de nueve a diez de la noche, los viernes y sábados. De hecho, después de nuestra sesión, nos quedamos un poco para curiosear y estas sesiones son geniales. El DJ pone música actual, la que puedes encontrar en cualquier discoteca, apagan las luces, ponen iluminación Disco y… ¡empieza la fiesta! Algo súper divertido. De hecho, cuando salimos de nuestro turno, había una larga fila esperando para entrar.

Toda la información en www.big-jump-park.com.

Datos de interés:

  • Taquillas gratuitas.
  • Zona de sillas, mesas y vending.
  • Posibilidad de celebrar cumpleaños (todos los días) y sesiones “Only Adults” (viernes y sábados).
  • Sesiones de media hora y una hora.
  • Venta de entradas online y presenciales en taquilla.
  • Edad recomendada: desde 4 años y 1 metro de estatura. Niños de entre 1 y 1,20 deben ir acompañados por un adulto.
  • Imprescindible el uso de calcetines y recomendable llevar ropa cómoda.
  • Dónde: Centro Comercial Tres Aguas de Alcorcón
  • Horario: de lunes a viernes, de 17.00 a 21.00 horas y sábados y domingos, de 12.00 a 21.00 horas.
  • Precios: desde 5€, consultar en la web descuentos y modalidades.

Sobre María Cerrato

Periodista y mamá a tiempo completo. Amante y adicta a la cultura en sus múltiples variedades: literatura, teatro, arte, cine… Una adicción que ahora también comparto con mis niñas, Carmen y Pilar, que son mi vida y a quienes siempre he intentado contagiar este amor incondicional por la cultura. Ellas son mis actuales compañeras de escapadas teatrales, lecturas de cuentos, películas animadas… Todas estas escapadas ahora puedo compartirlas con otras mamás a través del blog de este fantástico medio de comunicación que es Mamá Tiene un Plan, con el que tengo el orgullo de colaborar.

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