Volvemos a “Las chicas, los chicos y los maniquís” y os contamos nuestros platos imperdibles de la carta

Cuando algo te gusta, ¡repites! Y eso es lo que nos ha sucedido a nosotras con el restaurante “Las chicas, los chicos y los maniquís”, que nos quedamos tan enamoradas del lugar, de sus platos, de su decoración y del trato que nos ofrecieron cuando lo visitamos por primera vez este verano, que este fin de semana que íbamos al teatro al centro de Madrid, volvimos a reservar para cenar en él.

Os refrescamos la memoria, y para quien no nos leyera, os ponemos en antecedentes. Se trata de un local madrileño, en pleno centro, que está inspirado en la Movida Madrileña. Como tal, la decoración es psicodélica y colorista, con suelo damero, decoración geométrica y flúor, además de contar con carteles que homenajean al comercio tradicional madrileño de siempre. Pero esa es solo la zona de restaurante.

También cuenta con otros tres salones para cenar y comer con tus amigos en modo más íntimo: uno rosa -las chicas-, otro verde -los chicos- y mi favorita: la roja con una gran mesa ovalada de mármol -la de los maniquís-. ¿Os parece original lo que os contamos? Pues vais a alucinar cuando veáis los emplatados: peces de colores que sirven de plato al sashimi; croquetas servidas en un tocadiscos blanco; jamón sobre las patas plateadas de un cerdito o encurtidos sobre una escultura dorada son solo algunos de los continentes que os encontraréis. Y si los continentes son geniales, los contenidos lo son más aún.

Por supuesto, con la maravillosa experiencia que tuvimos con todos los platos de la anterior ocasión -tomamos el menú para compartir “Una movida”-, quisimos probar algunos manjares de la carta que aún no habíamos degustado. Así que, como sabemos que ya os habíamos puesto los dientes larguíiiisimos en nuestra visita anterior y os vais a animar a visitar este lugar en cuanto tengáis la ocasión, queremos asesoraros y contaros el top-10 de los platos de “Las chicas, los chicos y los maniquís”

Nuestro top-10 de los maniquís (incluimos dulces y salados)

  1. Tarta de queso manchego con cobertura de chocolate blanco y avellanas. Después de probarla en la anterior ocasión, literalmente, soñé con ella una noche. Y no estoy exagerando. En todos los restaurantes a los que vamos, tenemos por norma, pedir tarta de queso, siempre y cuando sea casera y nunca jamás hemos probado una que llegue a la de los maniquís a la suela del zapato. Es una delicia. Una obra de arte hecha gastronomía. Su presentación, en forma de mini queso manchego, con una cuña cortada, ya la hace súper especial. Pero cuando la pruebas, ¡vuelas! En las dos visitas a “Las chicas, los chicos y los maniquís” la hemos pedido, por supuesto.

 

  1. Kokotxas de bacalao. Siempre había escuchado que las kokotxas son una delicatesen, pero nunca las había probado. Y, sinceramente, las elegimos en esta última visita por expresa recomendación del camarero -y hago inciso aquí para destacar la maravillosa atención del personal de este restaurante, son unos profesionales, amabilísimos y muy atentos-. Cuando las probé comprobé que era de los platos más maravillosos que había tomado nunca. Llevaban una base de puré de patata “a la beurre noire” y, a modo de tejas, las pieles del pescado de acompañamiento. Además, el otro acompañamiento, y el más rompedor, eran los torreznos. Sí, sí, como lo estáis leyendo: cerdo y bacalao en el mismo plato. Una fusión que puede resultar rara a priori, pero que en este plato es deliciosa.

 

  1. Sashimi de salmón marinado. Este sashimi está marinado en mirin y se sirve con mayonesa de lima y alga nori. No solo tenemos que decir que este plato es maravilloso en boca, sino que la presentación, en ese pez azul con morritos rojos, obra del Taller Piñero es una pasada. Desde el primer momento, el plato te entra por los ojos, pero cuando lo pruebas, el placer el doble.

 

  1. Manzana roja. Lo siento, pero soy una golosa y, además, este postre, merece estar entre los cinco primeros platos por su originalidad en el diseño y también por su incomparable sabor. Imaginaros: te traen en un plato la manzana roja, brillante y apetitosa que mordió Blancanieves. Parece una manzana caramelizada, pero cuando la partes y la pruebas descubres que no lo es. Se trata de una mouse de queso, con un corazón de manzana asada, con caramelo salado, canela y frambuesa. Y esas tejas que trae el plato, que parecen corales del mar. Una obra de arte visualmente y en boca.

 

  1. Tartar de atún. Este auténtico festival de sabores, es un contraste que no os imagináis y que resulta riquísimo. El tartar de atún viene presentado en un canelón frío de remolacha y se sirve con holandesa de lima, wasabi y katsuobushi. Os encantará el sabor al atún que combina perfectamente con la remolacha y el wasabi. Un plato que además tiene una presentación súper colorista. Incluso tienes la sensación que al llevarlo a la boca, puede saber dulce por los colores que tiene. Pero no, no. Es salado.
  2. Croquetas Madrid-Barcelona. ¿Por qué se llaman así? Porque, en este plato, no probarás una croqueta cualquiera, sino una muy madrileña y otra muy catalana. Me explico. La de la capital está hecha de callos y la de la ciudad condal, a base de capipota, un guiso muy catalán y delicioso. ¡Y ambas estás riquísimas! Por supuesto, no os penséis que vienen servidas en un plato o rabanera. Nooooo. Vienen en un tocadiscos de color blanco. ¡Alucinante!

 

  1. No es un bocadillo de calamares. El caso es que este magnífico manjar sí lleva los clásicos calamares a la romana, pero al probarlo os percataréis que algunos lo son y otros lo parecen, pero son ¡yemas de huevo! El pan tampoco es pan normal. De hecho, es de color negro porque es un brioche elaborado con la tinta del calamar. Y remata el plato el alioli de ajo asado. ¡Ahí es nada!

 

  1. Arroz de txuleta. En su punto justo. Aquí degustaréis este maravilloso arrocito meloso con sabor a capipota, la carne trinchada encima y aparte, os traerán el hueso con el tuétano, para que lo acompañéis. Es un plato original y sabrosísimo que os encantará.

 

  1. Ensalada de burrata. Una ensaladita siempre viene genial. Esta en concreto, está muy buena, es una frescura. La burrata del centro está acompañada de tomatitos guisados y aliñados, de berros, sardinas ahumadas y un pesto de pistachos. La devoraréis sin necesidad de estar con hambre y es que está tan rica, que entra sola.

 

  1. Tartar de vaca. La última vez que hemos visitado “Las chicas, los chicos y los maniquís”, nos hemos animado a probar este steak tartar. La carne está deliciosa, muy bien cortada y presentada y está aliñada con una salsa de mostaza y acompañada de alcaparras. En el centro, una yema de huevo aporta el contraste con el sabor de la carne. Pero el ritual está en el acompañamiento. Se sirve con rebanadas de pan cristal y con un foie de trufa para untar ambos y luego poner encima la pinchada de tartar mojada en el huevo. ¡Alucinaréis con el sabor!

 

CARA B

Siempre me encantaron las Caras Bes de las cintas de casette. Y como este local está inspirado en la Movida, pues debe llevar una Cara B obligatoriamente. Porque en el Top Ten se nos escapan dos platos que también nos encantan:

 

  1. Brownie. Una servidora es adicta al chocolate. Y no me avergüenza pregonarlo. Un buen chocolate me hace muy feliz. Así que el otro día probé el brownie de “Los Maniquís”. Está calentito y cremoso. Lleva las clásicas nueces y el helado, sí. Pero lo que lo hace diferente es la crema de gianduja que lo acompaña -si os gusta el praliné, os encantará porque hace que el brownie sea más cremoso y rico-. Unas tejas negras rematan el plato. Son de cacao puro. ¡Fantástico!

 

  1. Aguacate asado. Está asado y glaseado con salsa cantonesa y se sirve con un tartar de langostino y tobiko -una hueva de pez- encima del aguacate. El aguacate se sirve calentito y el langostino se va templando sobre la fruta. El plato es otra obra de arte de Taller Piñero: la pata de un langostino. 

Bien, pues ahora, cuando lleguéis a “Las chicas, los chicos y los maniquís” sabréis perfectamente qué elegir. Y si no, nuestro consejo es que os dejéis asesorar por el camarero. ¡La elección será un acierto seguro! Y lo que también es seguro es que ¡caeréis enamorados de toooodos los platos y del local! Está ubicado en la calle Atocha, 49. El teléfono para reservas es el 910 88 33 83.

 

Sobre María Cerrato

Periodista y mamá a tiempo completo. Amante y adicta a la cultura en sus múltiples variedades: literatura, teatro, arte, cine… Una adicción que ahora también comparto con mis niñas, Carmen y Pilar, que son mi vida y a quienes siempre he intentado contagiar este amor incondicional por la cultura. Ellas son mis actuales compañeras de escapadas teatrales, lecturas de cuentos, películas animadas… Todas estas escapadas ahora puedo compartirlas con otras mamás a través del blog de este fantástico medio de comunicación que es Mamá Tiene un Plan, con el que tengo el orgullo de colaborar.

3 comentarios en “Volvemos a “Las chicas, los chicos y los maniquís” y os contamos nuestros platos imperdibles de la carta

  1. La verdad que cuando fui me sentí muy cómoda: comida muy rica, el trato excelente y el sitio muy agradable. Recomendable 100 X100. Gracias Mama tiene un plan, es más fácil elegir planes con vosotros.

  2. Madre mía, todo tiene un pinta realmente exquisita y al leerte tantos detalles se hace la boca agua. Estoy reservando en tres, dos, uno… lo difícil será decidirse entre todos estos platos tan ricos.

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