Film Symphony Orchestra: cuando el sonido de las grandes películas te envuelve

En la vida, hay momentos que vives, espectáculos que presencias, que te marcan para siempre. El sábado pasado mi familia y yo vivimos uno de esos momentos en el concierto de la Film Symphony Orchestra, en el Auditorio Nacional de Madrid. Si os digo que aún se me ponen los pelos de punta viendo los vídeos que hice, no os exagero.

Para los que aún no la conozcáis -que seréis muy pocos- la FSO es una orquesta mítica porque interpreta, en versión sinfónica, bandas sonoras de cine. Algo muy novedoso e innovador en el mundo de la música sinfónica, que suele centrarse en los clásicos. Pero la innovación y el carisma de sus conciertos no solo radica en el estilo de música que tocan, sino en cómo envuelven cada actuación, en que convierten cada concierto en un espectáculo fascinante. Los efectos de luz y sonido, el vestuario, el dinamismo y la frescura, pero, sobre todo, su director Constantino Martínez-Orts, que es un espectáculo en sí mismo. Constantino preside solemne los conciertos de la FSO con su sempiterna sotana negra e introduce cada pieza musical con una pasión que logra atrapar al público. Nos cuenta no solo el compositor de la pieza, sino anécdotas de cada peli, por qué esa banda sonora suena así y hace guiños de humor constantes muy bien hilados. En definitiva, nos prepara para lo que vamos a escuchar con tanto gancho y tanta labia que todo el mundo le escucha sin parpadear.

Escuchar la FSO en el Auditorio Nacional de Madrid fue una delicia. La acústica que este lugar tiene sumado a la profesionalidad de los músicos, que rozan la perfección, hace que el sonido de cada pieza te envuelva. Cuando salieron los músicos y se sentaron, ya a mis hijas les llamó la atención sus atuendos. Las mujeres iban con vestidos negros largos asimétricos, con una manga plateada en un claro guiño a pelis futuristas como “Star Wars” y los hombres en los mismos tonos. En la primera pieza que interpretaron las niñas estaban alucinadas, con los ojos abiertos sin parpadear. Después sonó el tema central de “Willow”, que enseguida reconocieron como buenas cinéfilas que son. Pero, para ellas, uno de los momentos clave en el concierto, fue cuando la FSO interpretó una “suite” con los temas de su peli favorita -y la de su madre-, “Aladdín”. No os podéis imaginar la cara de Pilar y Carmen cantando “No hay un genio tan genial”, “Gran Alí” o “Un mundo ideal”. Otro momento que gozaron muchísimo fue el de la interpretación de uno de los temas de la peli “Cómo entrenar a tu dragón” y, para Carmen, su momento “top” en el concierto, como ella misma lo calificó fue “cuando tocaron el tema de Piratas del Caribe, que me encanta mamá”, me dijo. “Era como si estuviera viendo a Jack Sparrow allí mismo, a mi lado”. Y así es como dos niñas pequeñas han empezado a amar la música sinfónica.

Y después de describiros las sensaciones de mis peques, debo hacer un paréntesis y manifestar también las mías. Soy una enamorada de la música en general, pero las bandas sonoras me han acompañado siempre. Desde pequeña tengo la imagen de levantarnos los fines de semana y que mi padre pusiera música en su eterno tocadiscos mientras transcurría la mañana desayunando y con los quehaceres domésticos. Las cintas en el coche eran también obligadas y, aunque mi padre ha sido siempre ecléctico en lo que a música se refiere, las bandas sonoras tenían un papel prioritario. Incluso en cumpleaños y Reyes siempre me caían recopilatorios. Y lo agradezco tanto. Que mi padre me haya educado para amar la música y para que disfrute tanto con ella… Dicho esto, cuando escuché el Vals de “Amélie” al acordeón fue uno de los momentos en los que me emocioné. Cuando escuchas esas bandas sonoras que te encantan  o que han marcado tu vida en un Auditorio e interpretadas por la FSO es inevitable que la emoción embargue tu mente.

Impresionante fue también la interpretación del tema “The ecstasy of gold” de la película “El bueno, el feo y el malo”, del maestro Morricone, con la magnífica voz de la soprano. Ennio Morricone siempre ha sido mi ídolo. Para mí el tema central de “La Misión” es el sumun de las composiciones. De hecho, cuando me casé, fue la banda sonora de mi entrada en la iglesia. Pero, más allá de preferencias personales, sin duda, el momento culmen, la banda sonora más espectacular de todos los temas que sonaron en el concierto al que asistimos fue la de la película “Interstellar”, de Hans Zimmer, fue un espectáculo difícil de olvidar el de esa interpretación. El tema comenzó casi a oscuras y los músicos comenzaron a rasgar los instrumentos de percusión con las uñas para generar ese halo de misterio espacial del comienzo de la pieza, mientras las luces individuales del escenario se encendían y apagaban añadiendo más misterio aún a la escena. Fue en esta pieza, cuando empezaron a sonar todos los instrumentos, cuando hizo su entrada principal el sonido del órgano de tubos que preside la sala sinfónica del Auditorio Nacional. Un sonido diferente y mágico.

Algo muy importante a tener en cuenta es sentirse seguro cuando se asiste a un espectáculo. En el Auditorio Nacional de Madrid cumplen escrupulosamente con los protocolos COVID. Distancia de seguridad, aforo al 50%, ventilación y gel hidroalcohólico, así como la organización meticulosa de la entrada y la salida del espectáculo. Aunque estaban agotadas todas las localidades, la sensación no era de aglomeración de gente ya que la sala sinfónica es inmensa. Además, por protocolo, no hay intermedio, momento en el que la gente tiende a aglomerarse más en pasillos y baños. El momento del “descanso” fue un concurso en el que el público pudo participar, a través de la web de la FSO, e ir identificando las bandas sonoras que interpretaron. Otra delicia para los oídos: “La La Land”, “Lo que el viendo se llevó”, “El último samurái”… fueron algunas de los fragmentos que sonaron. Un juego con el que nos divertimos muchísimo.

Desde luego, el concierto de la FSO fue un espectáculo que jamás olvidaremos. Ni nosotros ni nadie del respetable allí presente, quienes aplaudieron hasta decir basta y cuya ovación final duró muchos minutos. Así son las actuaciones de la FSO y más que recomendables para disfrutar en familia. Si queréis saber cuándo serán los próximos conciertos por España, consultad su web: www.filmsymphony.es. El próximo concierto en el Auditorio de Madrid será el 29 de abril y… tenemos sorteo de ¡una entrada familiar cuádruple! Podéis participar pinchando en este enlace y rellenando vuestros datos.

Sobre María Cerrato

Periodista y mamá a tiempo completo. Amante y adicta a la cultura en sus múltiples variedades: literatura, teatro, arte, cine… Una adicción que ahora también comparto con mis niñas, Carmen y Pilar, que son mi vida y a quienes siempre he intentado contagiar este amor incondicional por la cultura. Ellas son mis actuales compañeras de escapadas teatrales, lecturas de cuentos, películas animadas… Todas estas escapadas ahora puedo compartirlas con otras mamás a través del blog de este fantástico medio de comunicación que es Mamá Tiene un Plan, con el que tengo el orgullo de colaborar.

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