Warner Beach abre seis nuevas atracciones que te dejarán sin aliento

Definitivamente ya ha llegado el verano ¡por fin! Las temperaturas han subido de golpe y el ocio en el exterior hay que hacerlo a remojo. Así que, este finde, aprovechando que abrían la Warner Beach nos fuimos a conocerlo. Además, leímos que inauguraban seis macro toboganes nuevos y no pudimos resistir la tentación de darnos el primer chapuzón del verano.

Aunque hemos estado varias veces en la Warner -a mis peques les encanta por la variedad de atracciones infantiles que hay-, nunca habíamos ido a Warner Beach y os lo recomiendo como actividad pre vacacional y pre playera. La entrada está un poco más adelante que la principal del parque temático y tenéis un aparcamiento especialmente destinado a Warner Beach. Nada más coger el camino que te lleva a la entrada principal ya se respira playa y vacaciones: huele a crema solar y a piscina y la gente va en bañador, chanclas y con la toalla al hombro. Toda la entrada tiene grandes sombrillas y ventiladores que vaporizan el agua, algo que se agradece, sobre todo cuando vas con niños -además estos ventiladores están en el interior, distribuidos por los paseos de todo el parque.

 

La decoración ya se atisba desde el paseo exterior: motos acuáticas, barcos y los personajes Warner en modo playero ¡chulísimo! Cuando te estás acercando a los tornos de la entrada, de repente aparece un espejismo ¡una playa! ¡Sí, sí! Una playa en Madrid, con su arena, sus olas, sus tumbonas y sombrillas. Pensé para mis adentros “se ha quedado obsoleta la famosa canción de Los Refrescos porque ¡aquí sí hay playa!”.

Nada más llegar, pasamos a conocer la zona nueva, que llama la atención desde la entrada. Seis toboganes gigantes, que quitan el hipo para deleite de los más intrépidos. Seis atracciones inspiradas en los más famosos superhéroes: El Salto al Paraíso y El Lazo de Wonder Woman, en el que podrás experimentar la sensación de meterte en una cápsula individual y caer al vacío; El Vuelo de Superman, en el que podrás tirarte, tumbado boca abajo en una esterilla, por unos toboganes gigantes y volar al más puro estilo de Clark Kent; Batman y la Sombra del Murciélago; Harley Quinn, La Huida, un tobogán con giros de infarto o El Tubo de la Risa del Joker, o más bien de las risas y los gritos como pudimos comprobar por los que se aventuraban a subir. Con esta zona, la Warner Beach queda bastante completa porque ya cuenta con una zona para niños más mayorcitos y para adultos, con lo cual si tenéis niños pequeños y mayores, os recomendamos pasar un día allí (además, tenéis la opción de comprar una entrada combinada que os dará acceso al Parque Warner y a Warner Beach, pinchando aquí).

Después de conocer esta zona, nos fuimos a la de la playa. Abrimos las sombrillas, nos pusimos crema y estiramos las toallas en las tumbonas. Al momento, escuchamos un pitido que anunciaba el funcionamiento de las olas y allá que nos fuimos, con mis hijas emocionadas. Nos metimos todos en la playa y disfrutamos de lo lindo saltando con las olas, como hacemos en la costa y nadando a nuestras anchas. La playa es una pasada, ambientada en Malibú cuenta con sus famosos muelles y, por supuesto, la decoración made by Warner, o sea colorida a tope e ideal para los peques. Al ladito, hay otra playita pequeña, tipo cala, que no cubre y que es perfecta para los más pequeñines.

Después de nadar un montón y disfrutar a tope, decidimos seguir explorando el parque y fuimos a parar al Río Rápido. Un río que te arrastra con su corriente y que se puede recorrer subido en flotadores de una o de dos personas. El recorrido es muy agradable, con vegetación, puentes, la decoración más colorista y hasta una compuerta de agua que cae cada 15 minutos y hace que el río adquiera más corriente y oleaje. A todos nos encantó, pero a Pilar (4 años) fue a la que más. No quería dejar de hacer el recorrido, subida en el flotador conmigo, una y otra vez y eso que es muy miedosa, pero ella se encontró muy segura. Y ahora que hago referencia a la seguridad, otro punto positivo a tener muy en cuenta en Warner Beach es que hay muchísimos socorristas en cada atracción, algo que te da mucha tranquilidad, sobre todo, cuando vas con niños pequeños.

Y cuando conseguimos convencer a Pilar diciéndole que íbamos a otro sitio más divertido, llegamos a la zona de toboganes y juegos infantiles. Esta parte nos encantó. Las niñas se lo pasaron pipa y, además está rodeada de sombrillas y hamacas que bordean los juegos de agua. Hay toboganes más grandes y más pequeños, para todas las edades; chorros de agua tipo cascada y ducha por doquier y una parte para los bebés y niños más chiquitines, con balancines, chorritos, mini toboganes y una mini noria. Así que Carmen lo pasó en grande tirándose una y otra vez por los toboganes más grandes y Pilar por los más pequeños y retozando encantada entre chorros.

Al final, después de tanto bregar, volvimos a la zona de playa, por supuesto, a jugar otra vez con las olas, aunque Carmen me dijo “mami, estas tumbonas son ideales para que te pongas a leer un libro como a ti te gusta”, pero ese día tocaba juegos en familia. Ya cuando nos íbamos, la peque me abrazó y me dijo “gracias por traerme a un sitio tan diver, mami” y ya sabéis que los niños no mienten nunca…

Mi valoración del parque no puede ser más positiva, pues es apto para mayores, pequeños y para familias con bebés, con sombras por todas partes y atracciones adaptadas a todo el espectro de edades. Además, la oferta gastronómica también está perfectamente ideada para poder comer allí o tomarte algo mientras te refrescas en la playa -están dando los últimos toques para abrir el nuevo restaurante DC Action-. Los vestuarios y servicios son amplios y las taquillas, tumbonas y sombrillas, gratuitas. Además, si se te olvida algo para el baño, tienes una tienda para comprar todo lo necesario. Lo dicho, ¿quién dijo que en Madrid no había playa? Más información y venta de entradas en www.parquewarner.com.

Sobre María Cerrato

Periodista y mamá a tiempo completo. Amante y adicta a la cultura en sus múltiples variedades: literatura, teatro, arte, cine… Una adicción que ahora también comparto con mis niñas, Carmen y Pilar, que son mi vida y a quienes siempre he intentado contagiar este amor incondicional por la cultura. Ellas son mis actuales compañeras de escapadas teatrales, lecturas de cuentos, películas animadas… Todas estas escapadas ahora puedo compartirlas con otras mamás a través del blog de este fantástico medio de comunicación que es Mamá Tiene un Plan, con el que tengo el orgullo de colaborar.

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