En Balmaseda encontraremos dos hermosas iglesias, la de San Severino, construida en el siglo XV, y la de San Juan, templo gótico situado en la margen izquierda del Kadagua. También merece la pena visitar el peculiar convento de Santa Clara y los palacios de Urrutia y Horcasitas, así como el popular Puente Viejo o de La Muza, con su torreón. Esta construcción medieval fue una auténtica aduana, donde se pagaba el portazgo por el paso de mercancías y de personas.

En las afueras de Balmaseda, Boinas La Encartada Museoa es una fábrica textil del siglo XIX que dedicó su actividad a la producción de géneros de punto de lana y que ha conservado intactas su imagen y dotación tecnológica.

Fuera del casco urbano, es posible realizar diversos recorridos por el entorno natural que rodea el municipio. Una de las rutas más concurridas lleva hasta la cumbre del Kolitza, uno de los cinco montes bocineros de Bizkaia, junto al Oiz, Gorbeia, Sollube y Ganekogorta.

El parque de Santa Clara

El parque infantil de Santa Clara es reflejo de la historia de Balmaseda. Un castillo medieval coronado por las banderas de Balmaseda y la Ikurriña y dividido en tres zonas diferentes preside el área. Cuenta con una tirolina de unos 20 metros y, adosadas al castillo y revestidas con paneles, podemos encontrar unas cuantas torres medievales. Otro de los protagonistas del parque es un dragón que alberga un rocódromo, juegos y toboganes.

Los niños podrán jugar también en la locomotora de un tren que pone de manifiesto la importancia del ferrocarril en Balmaseda. También hay un arenero, casitas y muelles, que lo dotan de vida.