Por Crece Bien
Para poder comprender como se sienten nuestros hijos ante la llegada de nuevos hermanos a la familia vamos a realizar un pequeño ejercicio: Imagina que tu marido te rodea con el brazo y te dice: “Cariño, te quiero tanto y eres tan maravillosa que he decidido tener otra mujer como tú”.
Llega la nueva esposa y compruebas que es muy joven y bastante guapa. Cuando los tres salís juntos, la gente te saluda correctamente, pero a la recién llegada la saludan claramente con más entusiasmo. “¿No es adorable? ¡Hola corazón!… Eres una monada”. Luego se acercan a ti y preguntan: “¿Te gusta la nueva esposa?»
Además, la nueva esposa madura con rapidez. Cada día se muestra más inteligente y más competente. Una tarde, cuando intentas aprender a usar el ordenador que tu marido te acababa de comprar, ella aparece en la habitación y dice: ¿Puedo usarlo? Yo sé cómo funciona, cuando le dices que no, va corriendo y entre lágrimas a decírselo a tu marido. Segundos después vuelve con él. Su cara está bañada en lágrimas y él la rodea con el brazo. El te dice: “¿Por qué no puedes dejarla usar un rato el ordenador? ¿Por qué te resulta tan difícil compartir?»
¿Qué son los celos?
Los celos son un sentimiento universal que se compone, por una parte, de amor, y por otra, de la necesidad de ser querido por él o ella. La percepción de que existe una amenaza de poder perder ese amor es la que pone en marcha los mecanismos de hostilidad, la tristeza, la humillación y la agresividad hacia el otro.
Ante la llegada del hermano, el niño celoso considera que no es querido tanto como antes, que ha perdido el amor del otro, esto supone una percepción de la realidad distorsionada, pero para el niño constituye “una verdad”. Y es a partir de esa premisa cuando los niños comienzan a experimentar sentimientos de rechazo hacia el otro, deseos de agredirle o pensamientos negativos contra él.
Por otro lado, esto hace además que se sientan culpables, porque saben que “deberían” querer a su hermano, lo que a su vez incrementa su sufrimiento, creándose así un círculo vicioso que les impide afrontar la vida con serenidad y del que debemos ayudarle a salir.
¿Cómo ayudar a nuestro hijo desde casa?
1. Otorgar un nuevo papel a cada miembro de la familia (en especial al hermano mayor)
2. Crear sensación de equipo.
3. Evitar la comparación entre hermanos
4. Comprensión de los sentimientos y conductas del niño.
“Cuando dos hermanos trabajan juntos las montañas se vuelven oro”
Proverbio Chino