La sillita ligera perfecta (al menos para mí)

iconoshare
Enlace copiado

Elegir un cochecito para el peque no es fácil. En mi opinión es la compra más importante cuando tienes un bebé. Sí, sé lo que estás pensando: por encima de la cuna. La sillita sí es una decisión que hay que reflexionar porque te hará la vida más fácil o más incómoda cada día en los momentos más complicados: cuando estás subiendo a los niños al coche y otro coche se para esperando tu plaza de garaje y bloquea la carretera, cuando tienes que entrar o salir de las tiendas y te toca abrir la puerta con un pie mientras mueves la silla como puedes sin atropellar al hermano mayor… ¡momentos de verdadera tensión!

Con mi primera hija no pensé mucho en la silla. Mis cuñados se ofrecieron a darnos/dejarnos todo lo que tenían guardado de mis sobrinos y me pareció maravilloso. Las cosas llegaron a casa un día antes de que diera a luz a una niña prematura. Volví a casa y no pude salir de ella en varias semanas así que la silla no fue un problema hasta mucho después, cuando me di cuenta de que sus 18 kilos de peso más los pocos de mi hija eran completamente imposibles de cargar en pleno puerperio tres plantas arriba y abajo (sin ascensor) por una madre novata como yo. Me pasé al portabebés.

Cuando la niña pesaba demasiado y viendo que la mochila no era tampoco lo más adecuado (compré la primera que pillé en una escapada fugaz entre tomas, ¡gran error, pero eso os lo cuento en otro post!), decidí pasar a la sillita de tijera.

Lo pensé mucho, di mil vueltas por tiendas especializadas, rebusqué en blogs… pero ninguna se ajustaba a lo que necesitaba a un precio asequible. Al final invertí el dinero que tocaba con tal de que la silla pesara menos de 4 kilos. Solo dos marcas en el mercado lograban rebajar ese peso hace más de cinco años. Hoy las cosas han cambiado. ¡Aleluya! Cinco años en productos de puericultura son como décadas….

Pensé que aquella sería mi última silla de tijera, que me duraría para siempre (de hecho la compré del tono más neutral que encontré por lo que pudiera pasar en el futuro)… pero con mi segundo hijo, la pobre se iba descomponiendo día a día.

Así que, tras unas cuantas llamadas de atención de las abuelas y sobre todo después de perder una rueda bajando unas escaleras (¡qué momento!)… me decidí a buscar una nueva. Esta vez con la ventaja de que el niño mismo podía elegir su sillita porque ya nos sabe decir en cuál está cómodo y en cual no.

ohlala-fullPara no mantener más el misterio, os adelanto que la elegida ha sido la OHlalá de Chicco en la que el peque (18 meses) reconoció que estaba la mar de cómodo con insistentes movimientos de cabeza y señalando obsesivo al grito de «ahí».

Yo estoy feliz con la decisión y creo que la felicidad hay que compartirla. Os cuento los factores que han pesado a la hora de elegir y cuál ha sido el resultado por si estáis en plena búsqueda (además del propio niño):

La marca: me encanta Chicco. Tiene productos  geniales a un precio muy competitivo. Después de probar la trona Polly y la silla Urban, que la silla fuera de Chicco era un punto a favor porque cuenta con toda mi confianza.

El precio: Tenía claro que no invertiría más de 150 euros en una sillita de tijera. He descubierto de la forma más evidente de todas que ninguna dura eternamente cuando la abres y cierras tantas veces al día.

ohlala2El peso: que fuera ligera de verdad era fundamental para mí. Que subir un tramo de escaleras con la silla a cuestas no sea un suplicio es un básico. Recuerdo con horror quedarme «atrapada» en una estación de metro porque el ascensor o las escaleras mecánicas estaban averiadas. La OHlalá es tan ligera que hasta en la guardería me han preguntado de dónde la he sacado. «Nunca hemos visto una silla que pese tan poquito», me dijeron. Y yo tan orgullosa.

La barra frontal: al peque le encanta dormirse echado encima. La Urban tenía esta barra y le encantaba. Ahora está igualmente feliz. Para mí era un básico que la tuviera. Además es una barra flexible en la que es imposible que se pille los dedos. Le encanta oír el «clic» cuando él mismo la coloca.

ohlala3El plegado: con una mano. ¡Una maravilla! No es un plegado ultra de esos en los que parece que la silla desaparece, pero no es  eso lo que buscaba, más bien lo contrario. Y no, no estoy loca. Os explico: cuando viajas es genial que la silla no ocupe nada, pero en invierno, cuando la llevas con el saco de forro polar por dentro e impermeable por fuera, esos que ocupan un montón pero que llevan al peque tan calentito, plegarla puede ser un suplicio. En esa época del año tienes que decidir: o quitas el saco en cada salida o renuncias a que quede fija plegada. En este último caso, te arriesgas a pillarte los dedos si la coges rápido del maletero porque se abrirá sobre la mano sin importar qué se lleve por delante: no exagero, os puedo enseñar cicatrices.

Esta silla se pliega, pero el saco se queda en su sitio sin molestar e incluso puedes dejar alguna bolsita olvidada en la cesta inferior. No habrá nada que impida que se pliegue. Además, al doblarla se queda de pie y, ¡maravillas de la creación! no hace falta agacharse para conseguir el plegado total. La silla se mantiene siempre a tu altura. Cuando tienes al niño en brazos esta es una bendición…

ohlala4Mango: tiene un mango corrido, no dos por lo que puedes llevarla sin problema con una sola mano. Genial si tienes hermanos mayores que necesitan que les guíes en algunos momentos (ascensores, escaleras, exceso de tráfico…). Tendrás que comprar unos arneses para colgar las bolsas (a la venta en tiendas de puericultura o en bazares), pero no os emocionéis colgando bolsas pesadas porque al pesar tan poquito, pierde estabilidad rápido si no hay niño sentado 😉

Sigo tan feliz con mi OHlalá… ya os contaré cómo evoluciona  nuestra relación. De momento estamos en fase enamoramiento total. El niño y la madre 😉

>>>Comentarios añadidos 7 meses después<<<

Como os prometía, os cuento cómo ha evolucionado nuestra relación pasado el tiempo.

Sigo contenta con todo lo que comentaba hace un tiempo y añado que la silla a nivel de material ha «envejecido bien». Solo dos cosas se han deteriorado: la bolsa inferior (a fuerza de cargarla demasiado, mea culpa) y las ruedas traseras que tuve que cambiarlas. Llevaba la silla por terrenos un tanto complicados y perdí una rueda, también mea culpa. Por suerte en el servicio técnico me sustituyeron el eje trasero completo sin coste (estaba en garantía).

No sé si por esa sustitución, lo cierto es que la silla ha perdido estabilidad pasados los 11 o 12 kilos. Al principio lo achaqué al peso del niño versus el peso de la silla, pero me extrañaba… la silla está homologada hasta los 15 kilos y con estos temas las marcas no arriesgan. Poco a poco he visto que las dos ruedas traseras se quedan ligeramente más juntas que las dos delanteras (unos dos centímetros más juntas) lo que hace que la estructura se mueva de lado a lado. Evidentemente me he pasado dando caña a la pobre silla, jeje, y el empedrado de mi ciudad no lo pone fácil…

Ya no está en garantía así que me debato entre arreglarla (en mi ciudad no hay servicio técnico) o pasarme a la Liteway2, que está homologada para niños de hasta 22 kilos, pesa unos 7 kilos (fundamental que no pese más porque si no subirla y bajarla del coche se convierte en una tortura) y tiene un precio muy asequible (desde 150€, más barata aún según me cuentan mamis amigas si la compro en rebajas o en el outlet de Chicco de Getafe).

Me da pena «jubilar» la Ohlalà porque me encanta… ¡tan ligera! Pero creo que arreglarla me costará mínimo la mitad de lo que vale la Liteway2 y no sé si me sale rentable… ya que estamos cojo la de 22 kilos y puedo llevar a cualquiera de los dos peques. Aunque por otro lado, espero abandonar silla pronto… Soy un mar de dudas. Ya os contaré qué resuelvo…

Imagen de Mamá tiene un Plan
Mamá tiene un Plan

Suscríbete a nuestra Newsletter y conoce nuestras noticias y planes

Descubre los mejores planes, sorteos y promociones cada semana.

también te podría interesar

Halloween en el Museo de Cera de Madrid - Mamá Tiene un Plan.

Halloween invade el Museo de Cera de Madrid

Halloween llega al Museo de Cera, del 27 de octubre al 2 de noviembre de 2025, con actividades para toda la familia y un espectáculo ...

Leer Más

Halloween en el Centro Comercial Arena de Valencia - Mamá Tiene un Plan.

Halloween llega al Centro Comercial Arena de Valencia

El Centro Comercial Arena de Valencia acoge un montón de actividades familiares gratuitas en Halloween llenas de diversión.

Leer Más

octubre 2025
LMMiJVSD
12345
6789101112
13141516171819
20212223242526
2728293031
Por rango de fechas
Rango de fechas
Logo mama tiene un plan | Mama tiene un plan
Resumen de privacidad

Esta web utiliza cookies para que podamos ofrecerte la mejor experiencia de usuario posible. La información de las cookies se almacena en tu navegador y realiza funciones tales como reconocerte cuando vuelves a nuestra web o ayudar a nuestro equipo a comprender qué secciones de la web encuentras más interesantes y útiles.