Hacer un safari y volver en el mismo día a casa ¡es posible en Safari Madrid!

Este fin de semana hemos hecho una visita a Safari Madrid, en Aldea del Fresno. Nunca habíamos estado en verano, pero aprovechando que estaba aquí nuestra familia, que vive en Italia y tenían muchas ganas de conocerlo, nos fuimos a pasar un día. A mis peques les encanta; es uno de sus lugares predilectos en Madrid. Y es que pasear entre animales salvajes, en tu propio coche y poder alimentarlos y acariciarlos, estando al ladito de Madrid, es un privilegio.


El recorrido en coche

Lo primero que hicimos es lo que más nos gusta: el recorrido en coche. Para los que no lo conozcáis, deciros que está dividido en tramos, perfectamente acotados y que es un lugar muy seguro, tanto a nivel sanitario, ya que casi todo es exterior y lo realizas en tu propio coche, como a nivel seguridad entre animales, ya que las recomendaciones son claras, hay mucha vigilancia y cuidadores en Jeeps y los animales están acostumbrados a que los visitantes les den zanahorias.

  • Tramo 1. Es el lugar en el que conviven avestruces, ciervos y sus cervatillos, guanacos y vicuñas… Les encanta acercarse para que les des unas zanahorias, que podrás comprar allí mismo o llevar de casa. Mi pequeñina, al principio, se pone muy nerviosa cuando se acercan, pero poco a poco, va cogiendo confianza.


    En este tramo, les encanta observar a las avestruces y su espesísimo plumaje y largo cuello. Son muy graciosas cuando se asoman por el cristal como diciendo: “¿me vais a dar una zanahoria o qué?”. Pero, sin duda, a las niñas los animales que más les gustan de esta zona son los ciervos y, más en concreto, los cervatillos, que ellas llaman cariñosamente “bambies”. Y es que son una preciosidad.

  • Tramo 2. En este tramo, también podréis alimentar a los animales. Eso sí, teniendo un poco más de precaución y la ventanilla más subida, ya que son de mayor volumen, aunque inofensivos. Aquí se acercarán a vuestro coche, ávidos de zanahorias dromedarios, cebras, antílopes, muflones… En casa nos fascinan las cebras. Mi hija mayor, que monta a caballo, las observa detenidamente, mientras les da de comer, y me dice: “mami, de verdad, son idénticas a los caballos, pero idénticas. Tienen los mismos gestos cuando comen, levantan el morro y la nariz. La única diferencia que encuentro, son las rayas blancas y negras”. Y de verdad, que es increíble observar esa perfección en el dibujo de su pelo.

  • Tramo 3. El de los peligrosos. En este tramo, cuando pasas el control te recuerdan las obligaciones: no bajar la ventanilla, no detener el coche y, en caso de avería o algún problema, tocar el claxon. Merece muchísimo la pena ver de cerca a bisontes, a los raros caballos Przewalski, de Mongolia, “padres” de nuestros caballos; a los elefantes, hipopótamos, tigres… A la manada de leones, siempre los pillamos dormitando a la sombra, entre bostezo y bostezo. Esta vez, tuvimos la suerte de ver muy muy de cerca al rinoceronte, ya que cruzó delante del nuestro coche para beber en el lago en el que nadan a placer los hipos. Los monos son los animales más nerviosos y activos del recinto y es tan curioso verlos interactuar: beber, comer, jugar e incluso pelearse.

    Nada más salir, te encuentras a las bellísimas jirafas, otro de nuestros favoritos. Es una delicia poder verlas tan cerquita.

En esta época, con el calor, casi todos los animales se concentran alrededor de los lagos y lagunas que hay allí. Incluso, si tienes suerte, podrás ver dándose un baño a los elefantes desde un mirador de madera que hay a tal efecto.

El reptilario y la gruta de cocodrilos

Después de hacer el recorrido en coche, paramos en el reptilario y en la gruta de cocodrilos para hacer la visita con los peques. Al ser verano, hay algunos que podréis ver en el exterior, como varanos, iguanas o los caimanes. El reptilario se divide en dos zonas: las de las serpientes y lagartos más grandes y otra con ejemplares más pequeños.

Son todos bellísimos, de distintos rincones del planeta, pero las serpientes de gran tamaño, reticuladas, como las pitones o las boas, impresionan muchísimo. A los niños les fascina la gruta de los cocodrilos, poder observar los diferentes tipos de este gran reptil y su comportamiento: verlos caminar hacia el agua, ver cómo flotan con medio cuerpo dentro y la cabeza en el exterior… ¡Mis hijas pasarían horas mirándolos sin parar!

Después fuimos a coger sitio a la exhibición de aves rapaces. En verano, os recomendamos que llevéis sombreros y gorras. Mucha gente lleva paraguas para protegerse del sol porque es el único lugar del recinto que está muy poco arbolado, ya que, con las ramas de los árboles, no podríamos contemplar los vuelos de las rapaces. Y esta es mi parte favorita de Safari Madrid. Creo que es la exhibición de rapaces más impresionante que he visto jamás. Ver cómo vuelan en picado, desde kilómetros de altura y a grandes velocidades, en buscar de señuelos. El águila y el halcón. Poder ver cómo se comporta el alimoche para abrir un gran huevo y comerse el interior -aunque el de aquí sea de mentira-. El final de la exhibición es alucinante porque veréis a los lobos ibéricos en acción y también apreciaréis el colorido en el vuelo conjunto de loros, guacamayos y cotorras.

Tras la exhibición, hicimos un alto en el camino para comer. Allí tenéis puestos y restaurantes de bocadillos, hamburguesas, perritos, helados, bebidas… Y zonas de merenderos exteriores y techadas. También, a la entrada de Safari, podréis comer a cubierto en su restaurante, con gran variedad de platos y luego, volver a acceder al recinto, mostrando la entrada. Después de comer, volvimos a hacer el recorrido en coche, ya que los peques estaban deseando volver a ver a los animales en libertad y así también nos guarecimos de las horas de más calor del día.

Rincones salvaje, de las aves y de los mansos

Después de reposar un rato, nos dirigimos a los “rincones”, donde tienen animales rescatados por el Seprona del tráfico ilegal. En Safari realizan una valiosísima labor de conservación, recuperación y estudio de los distintos tipos de ejemplares que allí habitan.

En el Rincon Salvaje impresiona mucho observar a los leopartos, pumas, linces rojos, panteras, lobos ibéricos. Esos felinos imponentes interactúan entre ellos ante la atónita mirada de los peques. También veréis puercoespines, monos capuchinos y al espectacular Cóndor de los Andes, entre otros.

El Rincón de las aves es un lugar maravilloso, lleno de vegetación, donde veréis aves, de todos los rincones del planeta, con paneles explicativos. A nosotras nos encantó el loro arco iris y el faisán dorado, con unos colores muy vivos y vibrantes. A las peques les hace mucha gracia también la gallina sedosa, con plumita, que parece pelo blanco en la cabeza y las patas. A mí me recuerdan mucho a los Fraggles, los dibujos de nuestra niñez.

Y, por fin, nuestra última visita fue la favorita de mi peque Pilaruca: el rincón de los mansos. Todo el día se pasó preguntando que cuándo íbamos a dar de comer a las cabritas. Eso de llegar y mezclarse con las cabras y cabritillos, alimentarlos y acariciarlos, les encanta. Se les nota que llevan en la sangre lo de los bisabuelos pastores, jajajajjaa. Terminamos un día genial, tomando un heladito a la sombra de los árboles.

Datos de interés: Safari Madrid está Aldea del Fresno. En la Carretera de Navalcarnero a Cadalso de los Vidrios, kilómetro 22. Está abierto todos los días del año. La entrada general de adultos cuesta 21€ y la de los niños (desde 3 años), 17€. Hay descuentos para familia numerosa y mayores de 65 años. Y en nuestra web, tenemos un fabuloso descuento exclusivo, con el que os beneficiaréis de un niño gratis o, en su defecto, 6€ de descuento. (descarga el cupón aquí). Más información en www.safarimadrid.com.

Sobre María Cerrato

Periodista y mamá a tiempo completo. Amante y adicta a la cultura en sus múltiples variedades: literatura, teatro, arte, cine… Una adicción que ahora también comparto con mis niñas, Carmen y Pilar, que son mi vida y a quienes siempre he intentado contagiar este amor incondicional por la cultura. Ellas son mis actuales compañeras de escapadas teatrales, lecturas de cuentos, películas animadas… Todas estas escapadas ahora puedo compartirlas con otras mamás a través del blog de este fantástico medio de comunicación que es Mamá Tiene un Plan, con el que tengo el orgullo de colaborar.

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