Una de las cosas, entre otras muchas que nos ha traído el verano, ha sido la visita inesperada del Ratoncito Pérez. Y digo inesperada porque, aunque Elena tiene ya 6 años y a sus amigas de colegio ya se les había caído más de un diente, en nuestro lugar de vacaciones no teníamos nada preparado para recibir a este simpático personaje. Tuvimos que improvisar y esta fue la historia que su padre y yo nos montamos alrededor de este roedor. Sigue leyendo
